AMADOS

ALABEMOS A DIOS DE QUIEN FLUYEN TODAS LAS BENDICIONES

La Biblia dice, “La fe es por el oír, y el oír, por la Palabra de Dios” (Romanos 10:17). La palabra “oír” aquí incluye la lectura de la Palabra de Dios y confiar en ella sin reservas.

Cuando me sentaba a escribir esto, escuché la suave y calmada voz del Espíritu Santo susurrándome que podría animar a muchos poniendo delante de ustedes un número de promesas de las Escrituras, en las cuales puedan anclar su fe.

Yo creo que por lo menos dos de las siguientes promesas son especialmente para usted en este tiempo en particular. Esas dos promesas suyas parecerán saltar en su corazón, y usted sabrá que el Señor le ha enviado su Palabra para su situación específica que está pasando:

· “No se tardará más ninguna de mis palabras, sino la palabra que yo hable se cumplirá, dice Jehová, el Señor” (Ezequiel 12:28).
· Estas son dos promesas del Nuevo Pacto: “Yo les traeré sanidad y medicina; los curaré y les revelaré abundancia de paz y de verdad” (Jeremías 33:6). “Los limpiaré de toda su maldad con que pecaron contra mí, y perdonaré todas sus iniquidades con que contra mí pecaron y contra mí se rebelaron” (Jeremías 33:8).
· “Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás ni la llama arderá en ti” (Isaías 43:2).
· “No os acordéis de las cosas pasadas ni traigáis a la memoria las cosas antiguas. He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a la luz, ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto y ríos en la tierra estéril” (Isaías 43:18-19).
· “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. He aquí que todos los que se enojan contra ti serán avergonzados y confundidos; serán como nada y perecerán los que contienden contigo” (Isaías 41:10-11).
· “El que mira con misericordia será bendito, porque dio de su pan al indigente” (Proverbios 22:9).
· “He aquí el ojo de Jehová sobre los que le temen, sobre los que esperan en su misericordia, para librar sus almas de la muerte, y para darles vida en tiempo de hambre. Nuestra alma espera a Jehová; nuestra ayuda y nuestro escudo es él. Por tanto, en él se alegrará nuestro corazón, porque en su santo nombre hemos confiado” (Salmo 33:18-21).
Que Dios le hable a través de su preciosa Palabra.