UN AVIVAMIENTO DE JUSTICIA ESTÁ VINIENDO
Quiero hacer una declaración con la mayor autoridad espiritual posible, una declaración respaldada por un pacto tan seguro como el realizado con Noé. Va a haber un avivamiento final de la hora de medianoche en la que estamos viviendo, uno que surgirá de todos los lados. Sión tendrá dolores de parto y muchos, muchos niños le serán dados. Habrá gran canto y aclamación, y Sión dirá: “¿De dónde vienen todos estos?” Será un avivamiento de justicia.
He oído predicadores de antaño hablar de un último avivamiento durante años. Una querida amiga lo ha estado predicando durante más de sesenta años. Ahora los predicadores jóvenes están orando por un avivamiento; quieren ver a Dios obrar en el día de hoy, no sólo leerlo en los libros. No basta con predicar simplemente de avivamientos pasados. ¿Por qué orar y buscar avivamiento, si no está prometido en la Biblia? Si la Biblia dice que somos un caso perdido, evangelicemos y prediquemos, y no nos preocupemos por los resultados. Pero, si el avivamiento está prometido, los cristianos necesitan verlo, echar mano de él, y orar con fe, sabiendo que Dios ha prometido hacerlo. ¿Está en su Palabra? Sí, la promesa se encuentra en Isaías 54. Este es uno de los capítulos más importantes de la Palabra de Dios para esta generación. Aquí se nos dice claramente lo que Dios quiere hacer con Su iglesia, Su pueblo, en los últimos días. En este capítulo se profetiza lo que va a suceder en la iglesia Times Square, así como en todos los lugares donde existan corazones hambrientos. Va a pasar en Rusia, en China, en todos los países, en todas las islas, desde el Polo Norte hasta el Sur.
La iglesia va a experimentar un derramamiento inmerecido de amor, misericordia y bondad. Va a venir en un tiempo de gran tribulación, violenta tempestad, y ansiedad en todos lados, cuando la sociedad esté siendo sacudida. Dios ha jurado que va a revelarse a sí mismo con gran bondad:
“Pero con misericordia eterna tendré compasión de ti, dijo Jehová tu Redentor… no se apartará de ti mi misericordia, ni el pacto de mi paz se quebrantará, dijo Jehová, el que tiene misericordia de ti” (Isaías 54:8-10). Lo que Dios está diciendo a la iglesia, también lo está diciendo a los creyentes individuales. Dios está hablando a los "[Pobrecitos], [fatigados] con tempestad, sin consuelo" (Isaías 54:11).
He oído predicadores de antaño hablar de un último avivamiento durante años. Una querida amiga lo ha estado predicando durante más de sesenta años. Ahora los predicadores jóvenes están orando por un avivamiento; quieren ver a Dios obrar en el día de hoy, no sólo leerlo en los libros. No basta con predicar simplemente de avivamientos pasados. ¿Por qué orar y buscar avivamiento, si no está prometido en la Biblia? Si la Biblia dice que somos un caso perdido, evangelicemos y prediquemos, y no nos preocupemos por los resultados. Pero, si el avivamiento está prometido, los cristianos necesitan verlo, echar mano de él, y orar con fe, sabiendo que Dios ha prometido hacerlo. ¿Está en su Palabra? Sí, la promesa se encuentra en Isaías 54. Este es uno de los capítulos más importantes de la Palabra de Dios para esta generación. Aquí se nos dice claramente lo que Dios quiere hacer con Su iglesia, Su pueblo, en los últimos días. En este capítulo se profetiza lo que va a suceder en la iglesia Times Square, así como en todos los lugares donde existan corazones hambrientos. Va a pasar en Rusia, en China, en todos los países, en todas las islas, desde el Polo Norte hasta el Sur.
La iglesia va a experimentar un derramamiento inmerecido de amor, misericordia y bondad. Va a venir en un tiempo de gran tribulación, violenta tempestad, y ansiedad en todos lados, cuando la sociedad esté siendo sacudida. Dios ha jurado que va a revelarse a sí mismo con gran bondad:
“Pero con misericordia eterna tendré compasión de ti, dijo Jehová tu Redentor… no se apartará de ti mi misericordia, ni el pacto de mi paz se quebrantará, dijo Jehová, el que tiene misericordia de ti” (Isaías 54:8-10). Lo que Dios está diciendo a la iglesia, también lo está diciendo a los creyentes individuales. Dios está hablando a los "[Pobrecitos], [fatigados] con tempestad, sin consuelo" (Isaías 54:11).