IGLESIA TRIUNFANTE

Hay una iglesia triunfante levantándose aún ahora, saliendo de grandes pruebas de fe.

La iglesia de los últimos días está emergiendo de hornos de fuego y largos días de aflicción. Así que, usted se pregunta, ¿qué planea Dios hacer?

Lo que yo veo sucediendo es el Espíritu Santo trabajando y trayendo a las personas hacia un quebrantamiento total. Él los está guiando hacia una revelación de debilidad a sus propias carnes, para que él pueda mostrarse fuerte. Yo lo veo llevando a su pueblo hacia el final de ellos mismos, demoliendo sus propias voluntades, hasta que su manera de pensar se convierta en que “Su voluntad sea hecha.” Yo lo veo guiando a sus seres queridos a lugares de pruebas tan difíciles que sólo un milagro los puede salvar. Y a través de todo eso, ellos se están volviendo completamente dependientes del Señor en todo.

¿Describe esto su situación? Tal vez usted ha caminado con Jesús por años, y nunca había enfrentado una prueba como la que está enfrentando ahora mismo. Las cosas vienen hacia usted de una manera abrumadora, cosas que sólo Dios puede solucionar. Y usted se da cuenta de que sólo Dios puede sacarlo hacia delante.

Ahora mismo, los del Islam están preparando un ataque final para “tomar a todo el mundo” para Alá. Campamentos de entrenamiento se están levantando por todo el mundo con un mensaje de odio, caracterizado por decapitaciones sin misericordia.

Pero el Señor también tiene personas en entrenamiento, personas que él usará para enfrentar la ira de este mundo. ¿Cómo logrará Dios esto? Él está entrenándolos y equipándolos en sus misericordias y paz. Nuestro Dios es un Dios de amor, y él no usará bombas, armas o escuadrones suicidas, sino personas vencedoras que no tienen miedo porque están en el Señor de las tiernas misericordias.

A través de todo el mundo, el pueblo de dios está experimentando sufrimientos, aflicciones y torturas más que en ningún otro tiempo en sus vidas. Y de esto estoy seguro: Hay un propósito divino y eterno en la intensidad de estas batallas espirituales y físicas que ahora están siendo soportadas en el verdadero cuerpo de Cristo. “Y sus misericordias sobre todas sus obras” (Salmo 145:9).