JUICIO FIRMADO
Creo que Dios nos ha dado una promesa muy específica para los tiempos difíciles que se avecinan. Se la dio a Abraham y a su descendencia como un juramento.
"Así lo juró a Abraham nuestro padre: nos concedió que fuéramos libres del temor, al rescatarnos del poder de nuestros enemigos, para que le sirviéramos con santidad y justicia, viviendo en su presencia todos nuestros días." ( Lucas 1:73-75).
Dios ha jurado que nos librará de todo enemigo y toda cosa que nos infunda temor para que podamos servirle todos los días de nuestra vida sin miedo. Amado, el hambre es un enemigo. La desnudez y la pobreza son enemigos.
Este juramento de Dios debe ser el fundamento de nuestra confianza en todos los momentos de crisis, desastres y temor. ¡Memorícelo! Y deje que sea su santo argumento ante el trono de la gracia.
En el Salmo 121 David nos ha proporcionado uno de los argumentos más poderosos que El Santo Espíritu haya dado alguna vez al hombre. El salmo completo nos dice que toda nuestra ayuda viene solo del Señor. El Salmo 124 es otro santo argumento, una promesa específica para usted que le permita construir especial confianza.
Ahora América está bajo un "juicio firmado" de Dios. Los juicios firmados llevan una marca especial de Dios en cuanto que reflejan los pecados cometidos en su contra. Como estos juicios tienen lugar ante nuestros propios ojos, nuestra única respuesta es tener a Jesús como escudo. Apresúrese hoy para encontrarse con Jesús en su lugar secreto de oración, eche raíces profundas en Él y sepa que Él le sostendrá en toda circunstancia.
Eche mano también de las siguientes promesas especiales para estar listo en cualquier situación y toda calamidad que pudiera enfrentar:
“Para los justos la luz brilla en las tinieblas... No temerá recibir malas noticias su corazón estará firme, confiado en el Señor. Su corazón estará seguro, no tendrá temor." (Salmo 112:4, 7-8).
“Juzgará al mundo con justicia... El Señor es un refugio para los oprimidos, un lugar seguro en tiempos difíciles. Los que conocen tu nombre confían en ti, porque tú, oh Señor, no abandonas a los que te buscan."(Salmo 9:8-10).
"Así lo juró a Abraham nuestro padre: nos concedió que fuéramos libres del temor, al rescatarnos del poder de nuestros enemigos, para que le sirviéramos con santidad y justicia, viviendo en su presencia todos nuestros días." ( Lucas 1:73-75).
Dios ha jurado que nos librará de todo enemigo y toda cosa que nos infunda temor para que podamos servirle todos los días de nuestra vida sin miedo. Amado, el hambre es un enemigo. La desnudez y la pobreza son enemigos.
Este juramento de Dios debe ser el fundamento de nuestra confianza en todos los momentos de crisis, desastres y temor. ¡Memorícelo! Y deje que sea su santo argumento ante el trono de la gracia.
En el Salmo 121 David nos ha proporcionado uno de los argumentos más poderosos que El Santo Espíritu haya dado alguna vez al hombre. El salmo completo nos dice que toda nuestra ayuda viene solo del Señor. El Salmo 124 es otro santo argumento, una promesa específica para usted que le permita construir especial confianza.
Ahora América está bajo un "juicio firmado" de Dios. Los juicios firmados llevan una marca especial de Dios en cuanto que reflejan los pecados cometidos en su contra. Como estos juicios tienen lugar ante nuestros propios ojos, nuestra única respuesta es tener a Jesús como escudo. Apresúrese hoy para encontrarse con Jesús en su lugar secreto de oración, eche raíces profundas en Él y sepa que Él le sostendrá en toda circunstancia.
Eche mano también de las siguientes promesas especiales para estar listo en cualquier situación y toda calamidad que pudiera enfrentar:
“Para los justos la luz brilla en las tinieblas... No temerá recibir malas noticias su corazón estará firme, confiado en el Señor. Su corazón estará seguro, no tendrá temor." (Salmo 112:4, 7-8).
“Juzgará al mundo con justicia... El Señor es un refugio para los oprimidos, un lugar seguro en tiempos difíciles. Los que conocen tu nombre confían en ti, porque tú, oh Señor, no abandonas a los que te buscan."(Salmo 9:8-10).