EL DESCANSO QUE DIOS PROMETIÓ

“Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios, porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas” (Hebreos 4:9-10).

Usted puede preguntarse, “¿Que significado tiene entrar en este reposo prometido? ¿Cómo debe de reflejarse en mi vida?” Yo oro para que Dios remueva las escamas de nuestros ojos y nos permita captar esto. Para ponerlo de una manera simple, entrar al descanso prometido por Dios significa confiar totalmente que Cristo ha hecho todo el trabajo de salvación para usted. Usted debe de descansar en la gracia salvadora de él, sólo por fe.

Esto es lo que Jesús quiere decir cuando él anima, “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11:28). Esto significa el fin de todos los esfuerzos de su carne, de todos sus esfuerzos humanos para obtener paz. Y significa depender totalmente en el trabajo de Jesús por usted.

Nuestra lucha no es contra sangre y carne. Toma lugar en el ámbito espiritual. El Antiguo Testamento lo pone esto tan claro como el cristal. Una y otra vez, Israel hizo promesas vacías e inútiles a Dios: “Queremos servirte, Señor. Haremos todo lo que nos ordenas.” Pero la historia prueba que no tenían ni el corazón ni la habilidad para llevar a cabo lo que habían prometido. Dios tenía que despojarlos de toda su fe en ellos mismos. Todo lo que necesitamos debería de venir de la preciosa presencia del Señor.

Pablo declara, “Por que en él vivimos, nos movemos y somos” (Hechos 17:28). Esto habla de comunión sin interrupción. A través de la victoria de la cruz, nuestro Señor está disponible para nosotros a cada momento del día o de la noche. Tenemos que tomar una decisión: “Yo quiero a Cristo en mi vida. Quiero ser libre de toda mi carne. Así que voy a ir hacia delante, a su presencia y reclamaré mi posesión. Yo quiero que Jesús sea mi todo, mi única fuente de satisfacción.”