CUANDO VIENE EL ESPÍRITU SANTO

El Profeta Isaías describe lo que sucede cuando el Espíritu Santo cae sobre las personas. Isaías profetiza, “Hasta que sobre nosotros sea derramado el Espíritu de lo alto, y el desierto se convierta en campo fértil, y el campo fértil sea estimado por bosque” (Isaías 32:15).

Isaías está diciendo, “Cuando el Espíritu Santo viene, lo que antes era una desierto se vuelve un campo de cosecha. Un pedazo seco de terreno, súbitamente rebalsa de fruta. Y esta no es cosecha provisional. El terreno de frutas crecerá hasta ser un bosque. Y ustedes podrán llevar plantas de este bosque años tras años, y construir continuamente y ser fructífero”.

Isaías añade, “Y habitará el juicio en el desierto, y en el campo fértil morará la justicia”. (32:16). De acuerdo al profeta, el Espíritu Santo también trae con él un mensaje de juicio contra el pecado. Y ese mensaje produce justicia en las personas.

Isaías no está hablando de un solo derramamiento del Espíritu, lo que algunas personas llaman “avivamiento”. Isaías está describiendo algo que perdura. Estudios hechos por sociólogos cristianos muestran que los avivamientos de hoy día duran un promedio de cinco años, y dejan en su despertar mucha confusión y disensión. Yo conozco algunas iglesias donde estos llamados “avivamientos” tuvieron lugar, pero ahora, en unos pocos años, no hay rastros del Espíritu allí. Esas iglesias están muertas, secas, vacías. Casas donde cabían 1000 personas ahora parecen una tumba, con sólo cincuenta que asisten.

Isaías continúa: “Y el efecto de la justicia será paz; y la labor de la justicia, reposo y seguridad para siempre. Y mi pueblo habitará en morada de paz, en habitaciones seguras, y en recreos de reposo.”(Isaías 32:17-18).

La paz viene por que la justicia está trabajando. El Espíritu Santo está ocupado limpiando malestar, disturbios y condenación. Lo que continúa es paz en la mente, paz en los hogares, y paz en la casa de Dios. Y cuando el pueblo de Dios tiene la paz de Cristo, no son movidos fácilmente de ella: “Y cuando caiga granizo, caerá en los montes; y la ciudad será del todo abatida. Dichosos vosotros los que sembráis junto a todas las aguas, y dejáis libre al buey y al asno” (32:19-20).

La profecía de Isaías sobre el Espíritu Santo estaba dirigida a Israel durante el reinado de Uzías. Pero, se aplica al pueblo de Dios hoy día también. Se la conoce como una profecía doble. El hecho es que, cada generación necesita un derramamiento del Espíritu Santo. Y yo creo que la iglesia de hoy día no ha visto nada comparado con lo que el Espíritu Santo quiere lograr.