CUANDO ESTÉS EN UNA CRISIS
Una señal segura de crecimiento espiritual es que llevas cada problema y crisis inmediatamente a Jesús. Has aprendido que tienes un sitio a dónde ir.
“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias” (Filipenses 4:6).
Algunos cristianos están siempre en crisis. Cada vez que te encuentras con ellos, te dan otra queja terrible: "Estoy luchando con una cosa tras otra. No sé qué hacer". Están dispuestos a describir su problema a cualquiera que esté a su alrededor. Pero nunca lo llevan a Jesús, como si Jesús no tuviese nada que ofrecerles.
No me malinterpretes, no me estoy refiriendo a cristianos que están pasando por problemas reales, legítimos. Cada día nuestro ministerio recibe docenas de cartas de santos que están soportando sufrimientos severos. Más bien, me estoy refiriendo a los "llorones profesionales" en la iglesia. Son profesionales en quejarse. Cuando los escuchas, quisieras preguntarles: “¿Tu Dios, está muerto? ¿Por qué no recurres a los recursos que Él te ha provisto? ¿No sabes que Él te ha hecho más que vencedor?"
¡Cuán agradable es para el Señor que vayas a Él con todas tus preocupaciones! Tú sabes que tienes a alguien que es fiel en ayudarte a pasar esta situación.
Acá tenemos varios versículos para que te agarres de ellos:
“Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros” (1 Pedro 5:7).
“Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús” (Filipenses 4:19).
“Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10).
“Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33).
¡Cuando te encuentres en una crisis, corre rápidamente a Dios para recibir consuelo, provisión y dirección!
“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias” (Filipenses 4:6).
Algunos cristianos están siempre en crisis. Cada vez que te encuentras con ellos, te dan otra queja terrible: "Estoy luchando con una cosa tras otra. No sé qué hacer". Están dispuestos a describir su problema a cualquiera que esté a su alrededor. Pero nunca lo llevan a Jesús, como si Jesús no tuviese nada que ofrecerles.
No me malinterpretes, no me estoy refiriendo a cristianos que están pasando por problemas reales, legítimos. Cada día nuestro ministerio recibe docenas de cartas de santos que están soportando sufrimientos severos. Más bien, me estoy refiriendo a los "llorones profesionales" en la iglesia. Son profesionales en quejarse. Cuando los escuchas, quisieras preguntarles: “¿Tu Dios, está muerto? ¿Por qué no recurres a los recursos que Él te ha provisto? ¿No sabes que Él te ha hecho más que vencedor?"
¡Cuán agradable es para el Señor que vayas a Él con todas tus preocupaciones! Tú sabes que tienes a alguien que es fiel en ayudarte a pasar esta situación.
Acá tenemos varios versículos para que te agarres de ellos:
“Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros” (1 Pedro 5:7).
“Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús” (Filipenses 4:19).
“Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10).
“Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33).
¡Cuando te encuentres en una crisis, corre rápidamente a Dios para recibir consuelo, provisión y dirección!