DE LA IRA A LA MISERICORDIA

La santidad de Dios exige que este airado por el pecado pero Él ama la misericordia. Ya la sangre de Jesús satisfizo la justicia de Dios para que Él pueda venir a nosotros a través del velo rasgado mostrando misericordia y gracia.

El Antiguo Testamento incluye un poderoso presagio de nuestro Sumo Sacerdote misericordioso. En Números 16, vemos que toda la congregación de Israel se rebela y murmura contra Moisés y Aarón. Dios había destruido doscientos cincuenta príncipes, ya que se habían rebelado contra él y la gente estaba enojada con Moisés y Aarón, por los muertos. "Al día siguiente, toda la congregación de los israelitas volvió a murmurar contra Moisés y Aarón, alegando: —Ustedes mataron al pueblo del Señor." (Números 16:41).

Dios se apareció en una nube, diciendo a Moisés y Aarón que se alejaran de los demás: "¡Aléjate de ellos, porque voy a consumirlos - ahora mismo". (Cf. versículo 45).

De repente, una horrible plaga se desató entre la gente. Aterrorizado, Moisés dijo a Aarón, el sumo sacerdote, "Toma el incensario, y pon en él fuego del altar, y pon incienso, y ve pronto a la congregación, y haz expiación por ellos, porque el furor del Señor ha salido y la mortandad ha comenzado.... Y se puso entre los muertos y los vivos, y cesó la mortandad "(Números 16:46, 48).

Moisés estaba diciendo: "¡Corre por el campamento meciendo el incensario para cubrir a las personas con el incienso." Y Aarón lo hizo.

Aarón es aquí un tipo de Cristo y el incienso representa las oraciones de Jesús por el pueblo rebelde. ¡Qué imagen tan increíble de Dios mostrando misericordia a través de las oraciones del Sumo Sacerdote. Vemos el cuadro de Jesús corriendo entre pecadores rebeldes, elevando oraciones al Padre en su favor. Con cada persona que rocía, Él clama: "Padre, ten piedad!"

Un abogado es el que le indica al tribunal lo que es legal, lo que es correcto y debe hacerse. Nuestro Abogado Jesús dice: "He cumplido con la ley. He pagado el precio para satisfacer plenamente la justicia de Dios. El diablo nunca puede acusar a Dios de ser injusto."

Aunque 14,700 Israelitas murieron por la peste, dos o tres millones de personas deberían haber caído. Pero ¡Dios tuvo misericordia!

Del mismo modo, Usted y yo deberíamos haber muerto hace mucho tiempo a causa de nuestro pecado. Pero el Padre, a través de las oraciones de Jesús, misericordiosamente nos ha guardado por Su poder.