¡LA IGLESIA DEL ESPIRITU SANTO!

Usted nunca debe ir a la iglesia sin antes haber orado, “¡Dios, dame oídos del Espíritu Santo para escuchar. Ayúdame a escuchar y a aplicar tu Palabra en mi vida!” Así como el Espíritu Santo unge la lengua del pastor para que hable, así Él unge sus oídos para que escuchen.

En la iglesia del Espíritu Santo siempre escuchará un clamor desde las entrañas por arrepentimiento. De hecho, usted no puede ser una persona llena del Espíritu Santo hasta que no “clame desde sus entrañas”. ¡Y esto es algo que Salomón nunca hizo!

La iglesia del rey David no era perfecta. Incluso, ésta se asemeja a la iglesia de Corinto. David cometió adulterio, mató a un hombre inocente, caminó por una etapa de horrible decepción. Sin embargo, tras haber pecado, David pronunció este agonizante clamor desde lo más profundo de su ser:“¡Lávame más y más de mi maldad y límpiame de mi pecado!, porque yo reconozco mis rebeliones, y mi pecado está siempre delante de mí. Contra ti, contra ti sólo he pecado...No me eches de delante de ti y no quites de mí tu santo espíritu.” (Salmo 51:2-4, 11).

¡Un clamor desde el corazón es lo que distingue a la iglesia del Espíritu Santo! Por supuesto, existen personas en esta iglesia que fallan y viven en decepción. Pero como David, éstas han llegado a ser tan sensibles a la obra y al mover del Espíritu Santo, que no necesitan a un profeta que les diga que han pecado. ¡Ellas se arrepienten antes de que un profeta se les acerque - porque se sienten heridos por su pecado!

David expresó sobre su pecado: “Me rodearon los lazos del seol.Tendieron sobre mí lazos de muerte. En mi angustia invoqué a Jehová, a mi Dios clamé...Envió desde lo alto y me tomó. Me sacó de caudalosas aguas. Me libró de un poderoso enemigo, y de los que me aborrecían...” (2 Samuel 22:6-7, 17-18).

¡Dios conducirá a la ruina a la iglesia de Salomón y resucitará a la iglesia de David! Esta iglesia del remanente se lamentará ante el pecado. ¡Ésta clamará en angustia y arrepentimiento y será completamente dependiente del Espíritu Santo!

“Después de esto volveré y reedificaré el tabernáculo de David, que está caído; y repararé sus ruinas,y lo volveré a levantar” (Hechos 15:16).