TODA LA GRACIA QUE NECESITAMOS PARA VENCER

Con frecuencia hemos oído definir gracia como favor no merecido y bendición de Dios. Sin embargo, creo que la gracia es mucho más que esto. En mi opinión, gracia es todo lo que Cristo es para nosotros en nuestros tiempos de sufrimiento: el poder, la fuerza, la ternura, la misericordia y el amor para llevarnos a través de nuestras aflicciones.

Mientras miro los años pasados, años de grandes pruebas, sufrimiento, tentación y aflicción; puedo testificar que la gracia de Dios ha sido suficiente. Sé lo que es cuestionar a Dios mientras mi esposa soportaba el cáncer, vez tras vez, y luego nuestras dos hijas fueron también golpeadas. Hoy, las tres están saludables y fuertes y por ello doy gracias al Señor. Sé también, lo que es ser abofeteado por un mensajero de Satanás. He sido gravemente tentado y he tenido enemigos levantándose contra mí por todos lados. He sido azotado por rumores, acusado falsamente y rechazado por mis amigos. En aquellos momentos de oscuridad, caía sobre mis rodillas y clamaba a Dios.

Su gracia siempre me ha llevado a través de todo. Y eso es suficiente por hoy. Luego, algún día en gloria, mi Padre me revelará el hermoso plan que tenía de principio a fin. Me mostrará cómo obtuve paciencia a través de todas mis tribulaciones; cómo aprendí compasión por los demás; cómo se perfeccionó su poder en mi debilidad; cómo aprendí de su asombrosa fidelidad hacia mí; cómo anhelaba ser más como Jesús.

Quizás aún nos preguntemos por qué, pero eso sigue siendo un misterio. Estoy preparado para aceptarlo hasta que Jesús venga por mí. No veo final para mis pruebas y aflicciones. Las he tenido durante más de cincuenta años de ministerio, y sigo contándolas.

Aun así, a lo largo de todo, se me sigue dando una medida siempre creciente del poder de Cristo. De hecho, mis grandes revelaciones de su gloria han venido durante mis tiempos más duros. Así también, en sus momentos más bajos, Jesús pondrá en usted la medida completa de su poder.

Quizás nunca entendamos nuestro dolor, depresión o incomodidad. Quizás nunca sepamos por qué nuestras oraciones por sanidad no fueron respondidas. Pero no tenemos que saber por qué. Nuestro Dios ya nos respondió: “Tienes mi gracia, y, amado hijo, eso es todo lo que necesitas”.