DIOS HABLA EN SERIO
¿Te expones a una fuerte predicación que amorosamente descubre tu pecado? Si es así, ¿permites que esa palabra te convenza de pecado? o ¿regresas a tu pecado sin dolor en absoluto?
Si estás rechazando las advertencias de la restricción del Espíritu Santo, desobedeciendo a Dios una y otra vez, sin ningún tipo de dolor de corazón, entonces estás siendo reclutado para la secta del Anticristo. El diablo está, silenciosamente, iniciándote en su “misterio de iniquidad", y cuando el prometedor y milagroso Anticristo venga, ¡serás barrido por sus mentiras y entregado a un engaño!
Escucha lo que Pablo dice sobre los creyentes transigentes, que ceden su principios y rehúsan amar y obedecer la Santa Palabra de Dios: "A fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia" (2 Tesalonicenses 2:12).
Aquí están los resultados ominosos de no creer ni actuar en la verdad de Dios:
Ora ahora mismo para que Dios implante en ti una gran reverencia por Su Palabra. Pídele que te ayude a ser disciplinado en tu lectura de las Escrituras y pide al Espíritu que te ayude a tomar en serio lo que lees y ¡cree que Dios habla en serio!
Si estás rechazando las advertencias de la restricción del Espíritu Santo, desobedeciendo a Dios una y otra vez, sin ningún tipo de dolor de corazón, entonces estás siendo reclutado para la secta del Anticristo. El diablo está, silenciosamente, iniciándote en su “misterio de iniquidad", y cuando el prometedor y milagroso Anticristo venga, ¡serás barrido por sus mentiras y entregado a un engaño!
Escucha lo que Pablo dice sobre los creyentes transigentes, que ceden su principios y rehúsan amar y obedecer la Santa Palabra de Dios: "A fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia" (2 Tesalonicenses 2:12).
Aquí están los resultados ominosos de no creer ni actuar en la verdad de Dios:
- El corazón se endurece por el engaño del pecado.
- Satanás obra en el corazón que se endureció por justificarse a sí mismo, por lo que se le aligera de todo temor a la sanción.
- El creyente llega a ser cegado por la mentira que dice que no hay paga del pecado, ni día del juicio y que puede salirse libre con su placer lujurioso.
- El creyente cae presa de doctrinas de demonios, pensando que lo malo es bueno y lo bueno es malo.
- Eventualmente se aleja tanto de Cristo y de la verdad, que se vuelve ciego a quién es el Anticristo, y acaba por servirle y adorarle como a un dios
- En el Día del Juicio, Dios le dirá a tal persona: "¡Apártate de mí, hacedor de maldad!”
Ora ahora mismo para que Dios implante en ti una gran reverencia por Su Palabra. Pídele que te ayude a ser disciplinado en tu lectura de las Escrituras y pide al Espíritu que te ayude a tomar en serio lo que lees y ¡cree que Dios habla en serio!